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Ausentismo escolar: cómo terminar con un mal mayor de nuestra educación

Altas son las cifras de estudiantes que no van a sus colegios, lo que ha sido abordado como prioridad por el Mineduc.

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Gran tarea nacional es lograr que los escolares asistan regularmente al aula. (RAUL ZAMORA/ATON CHILE/RAUL ZAMORA/ATON CHILE)

Según datos oficiales, más de 50.000 estudiantes abandonaron el sistema educativo entre 2021 y 2022, mientras que en el periodo 2014-2021 quienes siguieron ese camino fueron casi 230.000 personas.

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Cifras que dispararon las alarmas y que llevaron al Mineduc a implementar varias medidas relativas a la asistencia y la revinculación en su Plan de Reactivación Educativa.

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Por ejemplo, se contempla la existencia de equipos territoriales formados por mil 300 personas que desplegadas en todo el país lleven de vuelta a las aulas a las y los estudiantes para promover la asistencia sistemática. Y tal trabajo se articula con municipalidades, servicios públicos y organizaciones sociales.

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Pero desde la Fundación Educacional Presente, organización experta en el tema y que desde hace una década asesora y acompaña a colegios al respecto, consideran que no se ha hecho todo lo necesario, pues el año pasado uno de cada dos estudiantes chilenos presentó ausentismo crónico, es decir, faltó más del 10% de los días de clases del año.

Rebeca Molina Larraín, directora ejecutiva de la fundación, destaca el hecho de que este tema ahora sea de interés nacional, pero precisa que “creemos que las medidas tomadas hasta ahora por el Mineduc no bastan, porque están muy centradas en el rescate, en ir a buscar a los niños a las casas cuando han faltado mucho. Y es mejor hablar e insistir antes sobre la importancia de la asistencia, vinculándola con el futuro y el propósito de vida del estudiante. Echamos de menos medidas preventivas y la promoción de la asistencia”.

La representante de la Fundación Educacional Presente explica que “primero hay que generar conciencia de que la asistencia es importante para la formación y la protección de escolares, para hoy y su futuro. No es solo una norma o un porcentaje y no basta estar matriculado, pues acá la cantidad sí importa”.

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“En segundo lugar, las comunidades escolares deben asumir que quizás a muchos alumnos les faltan motivación y argumentos para ir al colegio. Y tercero, los establecimientos deben analizarse y revisar los factores que hacen que valga la pena que los escolares asistan a sus aulas, creando un buen ambiente y no solo enfocándose en los casos dramáticos, sino que en todo”.

Según Rebeca Molina Larraín, “es fácil juntar un mes del calendario escolar de ausencia. Basta faltar dos días por mes, pero nadie irá a la casa del escolar a averiguar qué pasó. Esta es una realidad transversal en el país, pero obviamente afecta más a estudiantes de colegios más vulnerables”.

“Hoy, dos tercios faltan por razones que no son de salud ni de vulnerabilidad, por eso hay que hacer que la escuela sea un espacio significativo, dando a padres, apoderados, alumnos y al resto de la comunidad datos y ejemplos concretos, pero sin un ánimo coercitivo”.

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Por ejemplo, y en base a estadísticas, les indican a madres escolares que si terminan el colegio su hijo estará mejor que si no lo hace. O cuando un centro de alumnos quiere hacer un paro, les precisan que al educarse podrán hacer cambios más importantes. O les indican a padres y apoderados que la inasistencia es caldo de cultivo para el mundo de las drogas y la delincuencia. O bien que está demostrado que quien no termina su educación luego accede a peores trabajos y remuneraciones.

La ejecutiva recuerda las malas consecuencias que dejó la educación a distancia producto de la pandemia de coronavirus, y enfatiza en que esa es otra razón para ir al colegio.

“Eso es un recurso de emergencia, no la base. Pensar que la presencialidad puede ser reemplazada por el computador es reducir la escuela solo a contenidos, pero la educación es una experiencia mucho más completa. Significa estar con gente que no es de la familia y que no es igual; te obliga a ser autónomo; te da herramientas para conversar, debatir y resolver problemas; te hace ser responsable de cara al futuro, etc”.

estudiantes en Chile
(JAVIER SALVO/ATON CHILE/JAVIER SALVO/ATON CHILE)

DIEZ HITOS QUE DAN PARA PENSAR

1.- Ausentismo crónico:

Es faltar un 10% o más de los días del año escolar. En Chile eso equivale a faltar entre 18 y 20 días hábiles al año, o sea, un mes de clases.

2.- Ausentismo crónico temprano:

Es faltar un 10% del año escolar en prekínder y en kínder, lo que genera un daño equivalente a dos meses de rezago en matemáticas y en lectoescritura.

3.- Urgencia nacional:

El año anterior, el 56,7% de los escolares de Chile faltó un mes o más a clases. La pandemia aún era un motivo, pero el ausentismo crónico era un problema desde antes. Por eso en el trienio 2017-2019, el 32,7% ya faltaba un mes o más al año.

4.- 85% de asistencia para pasar de curso:

Para pasar de curso se exige una asistencia promedio de un 85% anual, lo que equivale a haber faltado un mes y medio a clases. Esa es una norma que no se sostiene en ningún tipo de evidencia pedagógica.

5.- Daño en el desempeño académico:

La literatura señala que los estudiantes con ausentismo crónico, independiente de su nivel socioeconómico y tipo de establecimiento, tienen peor desempeño en matemáticas, ciencias y lectura que sus compañeros.

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(Sebastian Cisternas/Aton Chile./Sebastian Cisternas/Aton Chile.)

6.- Abandono escolar:

La probabilidad de graduarse es casi dos veces y media mejor para un estudiante que asiste regularmente a clases en comparación con un ausente crónico.

7.- Perspectivas laborales:

En la adultez, los estudiantes con ausentismo crónico experimentan mayores dificultades de empleabilidad, inestabilidad laboral y períodos de cesantía, y reciben sueldos menores que sus pares.

8.- Ausentismo y relaciones interpersonales:

Se genera un estado de pérdida de identidad respecto de compañeros, profesores y la escuela, y aumenta la frecuencia de las interacciones negativas y de la desconexión social de esos estudiantes cuando vuelven.

9.- El mes clave de marzo:

Por cada día que un escolar falta a clases en marzo, aumentan en un 34% sus probabilidades de presentar ausentismo crónico a fin de año. Los estudiantes con mayores niveles de vulnerabilidad que se ausentan dos o más días en marzo tienen hasta un 65% de probabilidades de presentar ausentismo crónico a fin de año.

10.- Los viernes:

Un análisis de 16 mil escolares de establecimientos educacionales en distintas regiones del país y de diferentes dependencias (público, particular y subvencionado) mostró que ese día es en el que se presenta mayor ausentismo en todos los niveles. En promedio, los viernes la asistencia es cinco puntos más baja que durante el resto de la semana.

Fuente: Fundación Educacional Presente.

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(JAVIER SALVO/ATONCHILE/JAVIER SALVO/ATONCHILE)

LA POSICIÓN OFICIAL DEL MINEDUC

Información disponible en la web del Ministerio de Educación divide la asistencia al colegio en cuatro categorías: Destacada (97% o más), Normal (entre 90% y 97%), Inasistencia Reiterada (de 85% a 90%) e Inasistencia Grave (desde 85% hacia abajo).

Para el Mineduc, “la asistencia escolar, además de constituir una condición clave para que los estudiantes desarrollen los conocimientos, habilidades y actitudes que se espera que aprendan durante la educación escolar, contribuye a su desarrollo socioafectivo y promueve hábitos fundamentales para la vida futura de niños, niñas y jóvenes, como la responsabilidad”.

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